Sé que hoy tocaría reseña pero llevo quince días con exámenes todos los días, (y más de uno y de dos globales), por lo que no me ha dado tiempo a leer nada.
Así que, en vez de reseñar un libro, hoy traigo algo diferente.
Una reflexión
Crónicas de un sábado lluvioso en Madrid, 26 de Noviembre, a las 16:23 h
Estoy nerviosa, muy nerviosa.
Y ahí estaba yo, en el coche, observando como las gotas de lluvia jugaban a echar carreras por la ventanilla, mientras de fondo la música salía de los altavoces y me deleitaba observando Madrid y cada uno de sus bares, teatros, monumentos y personas que deambulaban por sus calles repletas de vida.
Llegamos. Estábamos delante del hotel en el que tendría lugar el examen.
Entramos y esperamos hasta que una chica con su voz logró el silencio. Todos ansiábamos ese mensaje.
Debíamos ir a registrarnos, nosotros solos. Me despido y me encamino hacia el área de registro uniéndome a la larga cola de adolescentes que, como yo, queremos esa beca.
Cuando llega mi turno me atiende una chica joven de no más de treinta años y con unos ojos preciosos.
-Muy bien... USA, ¿verdad?- Me pregunta la chica de la eterna sonrisa.
-Sí- respondo devolviéndole la sonrisa.
- Perfecto, búscate en la lista y firma seguido de tu nombre- me ordena.
-¡Claro!- digo mientras empiezo a buscarme.
Me encuentro, firmo y me dirijo al final del pasillo dispuesta a esperar.
Treinta y siete minutos de espera. A las 17:50 comenzamos a entrar en la sala y a sentarnos para hacer el examen, USA en un lado de la habitación y Canadá en el otro.
Una hora y cuarenta y cinco minutos de examen.
Examen que decidirá quién podrá seguir optando a la beca.
19:40h, salimos del examen y voy hacia la salida del hotel donde me esperan pacientes y donde empieza un interrogatorio hacia las más de cien personas que acaban de salir conmigo de hacer este examen por parte de sus familias.
Una beca, 1° de bachillerato estudiando en USA, ese es uno de mis sueños y voy a hacer todo lo que esté en mi mano para conseguirlo. Porque si no es el año que viene será el siguiente, y si no, al otro.
Y a eso vengo hoy, a recordaros que no dejéis de luchar por vuestros sueños. Porque serán caminos difíciles, habrá gente que te diga que no lo lograrás, que no valdrá la pena y que lo mejor es dejarlo. Pero esos momentos serán en los que TÚ les demostrarás que no es así y que merecerá la pena todos y cada uno de los segundos de combate.
Espero que os haya gustado esta reflexión y sobretodo que os anime a seguir adelante.
Un besazo!!
